¿VIVIR O HUIR EL PROCESO?



Constantemente, atravesamos procesos en nuestra vida de distinta complejidad a pesar de que algunos producen dolor, nuestra mayor esperanza es saber que son pasajeros, ya que  Dios  no nos asegura una vida sin sufrimientos pero si nos asegura una vida plena en la eternidad (Juan 16:33).

 Como humanos, muchas veces queremos "saltar" ese proceso y finalmente tener el resultado deseado... 

¿Se imaginan tener la casa, el trabajo, el auto que siempre soñaron? 

La respuesta imagino que es sí, sin embargo, a las personas "exitosas" siempre se les pregunta cómo fue el proceso para conseguir todo lo que tienen hasta ahora.

 En su mayoría las respuestas son de muchos años de esfuerzo y dedicación atravesando un proceso de días buenos y días malos y el resultado que se observa,  es solo una consecuencia de todo lo vivido anteriormente.

Si vemos en la Biblia, muchos hombres que transcendieron como Moisés, Abraham, David o Job, atravesaron fuertes procesos con Dios en donde fueron moldeados para que el propósito en ellos se cumpliera, pero al leer sus historias son precisamente los procesos que vivieron los que nos enseñan incluso, más que los mismos  "resultados".

Jesús, también es un gran ejemplo si hablamos de vivir procesos, Él supo desde muy temprana edad cuál era su misión en la tierra, sin embargo, no se limitó al hecho de venir a morir en la Cruz para darnos salvación... Vivió 33 años de procesos emocionales, espirituales e incluso físicos para mostrarnos  de forma implícita la importancia que este tipo de hechos tienen en nuestra vida. 

La verdad, es que lo  anteriormente escrito  me costó mucho tiempo entenderlo, ya que desde hace varios meses he estado pasando por un proceso a nivel emocional, el cual me había llevado a decidir alejarme del blog por un tiempo "hasta que me sintiera mejor" para luego poder compartir la experiencia de cómo Dios me ayudó a sanar (así lo pensaba).

Sin embargo, durante éste tiempo he podido comprender de cierta forma que, en medio de cada situación y proceso, debemos agradecer por lo que no está enseñando, porque para que Dios cumpla su propósito en nosotros es necesario ser procesados. 

No busques huir de los procesos, al contrario vívelos, y agradece por ellos, porque aunque en momentos se te nuble la vista  y no puedas percibirlo, Dios no solo te asegura que está a tu lado, también te dice que no serán eternos, y que la mayor parte de la carga, Él está dispuesto a llevarla por ti. 

“Bienaventurado el hombre que persevera bajo la prueba, porque una vez que ha sido aprobado recibirá la corona de la vida que {el Señor} ha prometido a los que le aman “ Santiago 1:12 



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